miércoles, enero 10, 2007

El arcón de los recuerdos

Volvió una noche. Doce menos cuarto, para ser exacto. Creo que el relato de las vacaciones quedó trunco en ese primer día de Rincón de la Vieja. Y en el dengue paterno, que truncó al resto más bien de cuajo. Pero en el medio hubo y, claro, si hay, siempre es más lindo que se sepa. El segundo día, entonces, fue a pura actividad de la bien febril. Salí temprano, acompañado del bueno de Albino, aunque más bien sea su antónimo. Sobre mis asentaderas, otro amigo: Osorio. Lo que se dice un potro nicaragüense y encarador. Me dice Albino que al Osorio le gusta correr. No lo disimula. Algo de paso y bastante de trote y llegamos al parque nacional. Caminatas, fumarolas volcánicas, algunos monos y hasta un tucán. Y después, rumbo a una catarata. Alta la catarata. No me animé a ponerme debajo, pero sí nadé en el pozo y quién te quita lo nadado. Y a la salida, sigue la acción. Trota que te trota y llegamos al espá volcánico. Un rato de sauna y nos untan en barro. De pies a cabeza y de oreja a oreja. A puro barro y se supone que hasta te saca el mal de ojo. A secarse al sol, siguen las aguas termales y después la de río, que es fría y me emcamta. Pero no hay caso: los días de acción se merecen siempre más acción. La vuelta con Osorio fue a rienda suelta. Bah, rienda en mano, pero cabalgata salvaje, con puesta de sol, magic hour, volcán y ganado de fondo incluidos. Y al llegar al hotel, unos largos en la pileta. Cena bomba y a dormir, que mañana hay tubing.

2 comentarios:

Unknown dijo...

CAPACIDAD DE ASOMBRO

Nunca como hoy la humanidad habia alcanzado tan altas cotas de bienestar, cada vez mas gente tiene acceso a mas cosas y posibilidades y sin embargo la sensación de felicidad no solo no aumenta sino que lo que aumenta es la frustración.
Se está perdiendo la capacidad de asombro ante lo ordinario, cada vez se saborean menos las cosas cotidianas de la vida. Resulta dificil abstraerse de esta corriente pero es necesario si queremos ser felices.
Si los adultos somos victimas de esta espiral ¿que decir de los niños?. Se hace necesario una educación en la sobriedad. Debemos transmitir con nuestra vida que lo suficiente ya es bueno.

Anónimo dijo...

Uy, creo que el comentario anterior salió duplicado.

Pura vida y puro relato: qué lindo que contás y -espero que así sea- qué lindo que vivís.

abrazo de andar gallardo