domingo, diciembre 31, 2006

Adicto

Es de público conocimiento mi adicción a los ólogos, atras e istas. Pero esta vez decidí darle una chance a un áctico. Amanecí hace unas semanas con un punzante dolor en la espalda. Dorsales, lado izquierdo. Como si un duendecito se estuviese agarrando de mi espalda usando sólo su dura dentadura.
Más temprano que tarde y sin descanso, me acordé de un cartel que había visto cerca del trabajo: quiropráctica. Y bueh, vamo. Saqué turno y fui. Alabado sea Alá y las sonadas de espalda y cuello. Dos cracks y el duendecito ya estaba dándome besos. ¡Tres hurras por los ácticos!

El jinete

El fin de semana pasado fui a Tamarindo. Es una playa sobre el Pacífico. Icono gringo. Una especie de micro Cancún en chancletas y con olas altas y en chanfle. Digamos que por alguna razón decidí ir a Tamarindo. Una vez allá, sábado a la mañana, me puse a caminar por la playa. El público se dividía en dos: los surfers y las muchachas que admiraban los saltos y los pectorales de los surfers. Como a mi los pectorales no me dicen nada, decidí que mi lugar era el otro. Y fue así como decidí embarcarme en mi primer clase de surf, sinovitis crónica y todo.
La experiencia fue genial. Desde llevar la tabla bajo el brazo bajo la mirada atenta de los equivalentes locales de la gaviota, hasta ese momento único y celestial en el que, sí, lo hice, ambos pies se paran sobre el board, la espuma de la ola acaricia los tobillos, se escruta la costa evitando parecer aterrorizado y se hace equilibro con los brazos con el flequillo o similar al viento. Fue la primer clase. Terminé muerto y me caí como veinte estrepitosas veces de la tabla. Eso sí, volveré al Pacífico y seré pectorales. Sí señor.

Tiempo al tiempo

Ok, yo soy de llegar tarde. Digo a las diez y llego y cinco. O y cuarto. Y suelo llegar corriendo, transpirado y pidiendo disculpas. Lo que mi escandinava mente no logra concebir es qué oscuro pensamiento guía las acciones de un tico cuando dice que va a pasar a las nueve y llega once y media, sonriendo y hablando de cómo cocinar un buen tamal para estas fiestas. Choque cultural que le dicen, a contramano y sin fasten seat belt.

martes, diciembre 19, 2006

Mil palabras

A veces saco muchas fotos. Y otras veces no saco. En este viaje casi no estoy sacando. Me apena, porque para contar lo que vivo qué mejor que unos cuantos verdes, azules y rojos. Pero hay lo que hay y por ahora casi que sólo son palabras.

Conmigo o sinmigo

Para bien o para mal, con o sin ti y hasta por aquí y por allá, la cosa es que estoy bloggeando menos. Es bueno, porque significa que tengo menos tardes solitarias y ahuecadas. Es malo, porque me gusta escribir y me hace bien. Aunque tampoco es cosa de poner al blogger delante del blog...¿O era al revés?

martes, diciembre 12, 2006

El hostel

Como bien saben, estoy viviendo en Casa Yoses. La verdad es que la vida cambió bastante. Tengo pendiente subir a la compu una recorrida completa de la casa de Rogel. Rogel. El gordito inmundo terminó peleado con Tatiana. Porque le quiso cobrar la cuenta de teléfono desde Agosto. Pero yo no entré en Agosto. Pero Rogel no se rige por ese tipo de razonamiento. Y se pelearon. Cosa de ellos. Yo ya estoy acá. Es como bloggear. La vida se vuelve semipublica. Todos se enteran si me ducho, si desayuno o si hablo por teléfono. Y viceversa. Por lo visto tengo algo de voyeur y de exhibicionista. Y de hippie y comunista. Porque lo disfruto. No me vendría nada mal tener mi propio baño. Pero ya estoy negociando eso.
La comunidad, como era de esperar, tiene dos clases muy distintas de ciudadanos: los de residencia permanente y los nómades. Los trabajadores y los turistas. Yo soy de los primeros, pero dentro de todo nos mezclamos con los segundos. Los primeros somos unos 5. Dos argentinos (Lucas y yo), un siciliano (Antonio), un canadiense (Richard) y una sueca (Emmylou). Hubo una alemana (Lynda) y una inglesa (Jenny). Y después los nómades. Es más fácil la integración cuando se organiza algún evento. El otro día hubo un shawarma popular. También están las actividades espontáneas. Hoy por ejemplo Richard hizo fideos, Emmylou ensalada y yo lavé los platos. Y estoy en proceso de hacer arroz con leche. Y dulce de leche. Quién sabe si voy a hacer vomitar a dos ciudadanos primermundistas. Quién sabe si no estoy empezando a pasarla mejor. Quién sabe si podré tolerarlo.

miércoles, diciembre 06, 2006

La mitad llena

Ok. Ok. Vamos a por un tiempo de ticos positivo. The bright side of life. Huyamos de ese personaje huraño, estereotipado y singular. Y repasemos todo lo hedonista que tuvo esta semana. Que fue mucho y variado. El segundo dia de buceo, para empezar. Esa sensación tan parecida a flotar aunque, claro está, nunca floté. Bucear es lindo, pero bucear boca arriba, viendo las burbujotas ascender y la luz refractarse con autodeterminación y libertad es sencillamente conmovedor. Y ver pasar una tortuga carey. Y esos dos tiburones. Y esa morena sacada directo de una peli de Spielberg.
Podría seguir por la mudanza. Ya estoy en el hostel. Lindo el barrio: acá sí hay casas y se puede vivir siendo peatón. Lindo estar siempre acompañado. Siempre hay alguien desayunando, o viendo tele y hasta contando estrellas en el jardín de adelante.
Ahora voy al trabajo con algún compañero. A la salida en general vamos con algún otro a cenar y tal vez a por unas cervezas. Ya tengo mi carnet de buceo. El sábado es la fiesta de fin de año de Artinsoft. Todo un día a pura pileta y almuerzos. La vida sonríe y no se le ve ni una caries.

Creo que fui bastante positivo en este post, pero fue un esfuerzo consciente. Tal vez considere que mi público paga por leer desventuras poco venturosas. Tal vez debería hacer que la próxima encuesta sea sobre el tono del blog. O el tono de mi mirada, si es que se puede mirar como contratenor o como soprano. Eso me hace acordar que estos últimos días estuve escuchando y reescuchando una versión increible que tengo de las Bodas de Fígaro. De eso no hay dudas: esa obertura es una de esas cosas por las que, no jodamos, sí que vale la pena vivir.

Cabrones

Llego ayer al mediodía a la pileta. La están refaccionando. "Hola, qué tal. ¿Cuándo va a reabrir la piscina?" (uf, espero que sea menos de una semana). "En enero". "¿¿ENEROOO??" (buscando al menos una pizca de condescendencia o disculpas). "Sí, Enero". Y miró para otro lado. Bien.
Entonces vuelvo hoy. A pedir que me devuelvan el mes o que al menos me pospongan la suscripción. "No, chico, no se hacen ni devoluciones ni posposiciones por piscina". "Pero a mí nadie me avisó". "Hace un mes que se avisó" (y señala un papelucho insignificante pegado en la recepción, que en Arial 12 Bold dice "noticias importantes"). "Pero podrían al menos haber mandado un correo". "No mandamos correo. Lo que puede hacer es sacar un carnet para ir a la sucursal de Cipreses" (Nota del autor: Cipreses es, de la loma del orto, 200m al Este y 50m al Sur). "¿Me lo pueden enviar?". "No enviamos. Usted lo viene a buscar".
Recordemos que pagué 200 dólares por 3 meses de pileta. O sea, 60 de esos verdes billetes a la basura. Tamaño residuo.

martes, diciembre 05, 2006

Se dice de mi

Estimados lectores: a pedido de numerosos suscriptores, han sido removidas las molestas letras que aparecian al querer ingresar un comentario. Ahora si...no participa el que no quiere!

Serie "carteles ticos"


Olas y viento

Hoy bucée. O como se escriba. En fin, que estoy escribiendo con el gemelo izquierdo apoyado sobre el sillón de la recepción. Mi némesis mira con recelo. Lo que se dice un provocador nato. Debería bautizarlo. Me pareció escuchar que se llama Juan, pero lo descarté por aburrido. Digamos que se llama Chucho. O algo más odioso. Teo. Menos sofisticado. Cerramos en Luis. Y yo sin contar ni pizca del buceo.
Tal vez sea un mejor relator de lo catastrófico. O simplemente de lo irritante. O quién te dice que no le doy mucha bola al resto de las sensaciones. El momento cumbre del día fue sobre la superficie: nos siguió un grupo de simpáticos delfines durante un buen rato mientras navegábamos entre buceos. Salta que te salta entre las olas. Y hasta una vez haciendo la mortal. Es evidente que hay bichos que nacieron para ser simpáticos.
Los buceos estuvieron muy buenos, sobre todo por la sensación en si. Vi algunos peces, pero en ese sentido fue un poquito decepcionante. En cuanto a bajar a doce metros y no morir, debo admitir que me enorgullece y mucho. Mañana hay dos buceos más. Me gusta bucear. Lástima que me marean los barcos. Eso sí, no tanto como a Walter, un camarada de inmersión, que decidió depositar toda la sandía que había desayunado sobre mi chaleco y el suyo. Por suerte los tiburones no son escatológicos.

Noche larga #7


Ultimos días de la víctima.

Noche larga #6


Debe estar soñando que sacrifica chanchos o algo así.

Noche larga #5



No es una noche fácil.

Noche larga #4



Este muchacho es polifónico.

Noche larga #3



No quiero tomar Rivotril para olvidar. No quiero tomar Rivotril para olvidar. No quiero tomar Rivotril para olvidar.

Noche larga #2



Siento un deseo irrefrenable de acabar con la vida de Randall.

Noche larga #1



Mi compañero de habitación se llama Randall. Ronca. Bastante.

Dive now

Bueh. La cosa es que me llamaron del lugar de buceo y me dijeron que ya habían hecho las reservas, que yo firmé en el contrato que no se podía cancelar el viaje una vez reservado, que iba a incurrir en altos costos debido a esto y que si aprecio mi vida más me vale que me vaya antes del trabajo, tome dos clases en un solo día y me apreste a viajar este fin de semana. Me apresté nomás, leí lo que me quedaba del manual, hice los ejercicios y fui a la clase con el bueno de Héctor. Lo único que me deja perplejo de Héctor es que me dijo que nunca recibió un mail mio avisando que no podía ir debido a una migraña. Curioso, considerando que su mail conminándome a viajar iba en respuesta al mail que nunca recibió. No, no vale la pena. O como dijo Francesco, el italiano dueño del instituto de buceo (luego de cobrarme 25 dólares con una sonrisa tras haber faltado a una clase sin avisar con 24 horas de anticipación - si, claro, io tambene tengo migrania, ma, compréndame Alan): "e l'idiozincrazia del paí". Llovía, me había llamado un radiotaxi hace ya media hora y al preguntar cuánto iba a demorar simplemente le respondieron "ahorita llega, cinco minutitos". Me volví caminando. No, el paraguas lo había dejado en el trabajo.

Bigote

Qué de gente desagradable. Bah, uno. El tipo de la recepción. Le pregunto a la mina que me mostró la habitación si internet es pago. Me dice que no, que lo use. Hay dos computadoras. Me acerco. Escucho un gruñido. Grmskfl. "¿Cómo dice?" (no soy disimulado cuando alguien me cae mal). "¿Qué hace?". Iba a decir que básicamente estaba parado, pero intuí a dónde iba y lo contenté con un "quiero usar una computadora". "No puede". "La chica me dijo que podía". "No se puede. Las computadoras son de los estudiantes. Si ellos quieren, se las prestan". "Gracias, no es tan urgente". No debo irritarme con facilidad. No debo irritarme con facilidad. No debo irritarme con facilidad.

PD: La doble cuesta 85 dólares

Itabo

Acabo de llegar al hotel. La flor de Itabo. El señor de la recepción está haciendo una factura cuando llego. Ni se mosquea por mi presencia. Espero cortés. Sigo esperando. Sigo. Me harto. Tengo calor. Ya no soporto este jean. El viaje fue de seis horas, nada mal. Al final aparece una chica y termino en mi cuarto: el cuatro.
Tengo calor. Voy al baño. Escena del video. Desesperanza. Vuelvo a la recepción. El tipo ahora está con dos alemanas literalmente cazando una mosca. Digo "buenas". Agito mi brazo delante de su cara. Por fin me mira. "No anda el inodoro". "¿Cómo que no anda?". "No anda, no baja el agua". "No entiendo". "No sé, no anda". Por suerte apareció otro alma salvadora que, linterna en mano, solucionó el percance. Ya me bañé y todo.
Mañana voy a bucear en aguas abiertas. Si, ya sé, se había cancelado todo. La cosa es que se descanceló. ¿Cómo? Hay que admitir que soy bueno para crear suspenso...

viernes, diciembre 01, 2006

Una luz azul en el camino

La frase "bus directo" en este país es un oximoron.

Apio verde

Me despierta el clásico alarido de niño acalorado. Estoy un micro. Se bambolea. Son las nueve y hace ya cinco que estoy acá adentro. Es mi cumpleaños. Voy rumbo a Playa del Coco y ocupo dos asientos. Pero esto se bambolea demasiado y la historia es larga. Mejor sigo durmiendo al ritmo del pollo frito.

jueves, noviembre 30, 2006

Escapando de la coneja

Acabo de llegar. En Artinsoft todos están previsiblemente motivados con el producto y esperan que yo trabaje a toda máquina. El jet-lag aporta unas gotas de cansancio. De nuevo tengo que ajustar mi cerebro a la vida tica. Por ansioso, tengo que mudarme hoy a la tarde al hostel. No debería, pero un poco me hago cargo de que Rogel puteó por mi rescisión temprana de contrato. Empecé el curso de buceo. Terminé de leer los apuntes durante la hora del almuerzo. Líos contables con el curso de Scrum en Buenos Aires. Pensé que había ganado plata y ahora resulta que no tanto y ni siquiera sé por qué. Se me escapan los números. A mí que nunca se me escapa nada. Y se siguen escapando las cosas. Se escapa la Mac. Que la tarjeta, que el envío, que hay que pagar impuestos en tres países. Que sí, que no, que chau Mac. Y me entero que acaba de salir una nueva Treo y que la mía acaba de bajar de precio. A mi que nunca se me escapa nada. Ayer me agarró tremenda migraña. Tuve que cancelar la segunda clase de buceo y, por ende, la certificación este fin de semana. O sea, pasa para Enero. Dramas de un niño consentido. Son las 2:40 AM y desde hace un rato que estoy despierto. Me fui antes del trabajo por el dolor de cabeza. Me quedé dormido a eso de la 5PM. Me despertó un temblor. Me puse debajo del marco de la puerta. Nada, ni una rajadura en el techo barato que mandó a construir Rogel. Que, ahora que lo pienso, debe llamarse Rogelio. Y yo que odio llamar por el diminutivo a alguien con el que no tengo ni confianza ni cariño. A mi que nunca se me escapa nada. Que lo parió, qué velocidad toman a veces las conejas.

La perla del Plata

Tal vez no me pasó nada interesante en estas dos semanas. A pesar del bloqueo literario, algunas apostillas:
· El calor de Buenos Aires es polifacéticamente desagradable, sobre todo al compararlo con el de San José. Más humédo, más persistente (no se va de noche) y sencillamente más.
· La sensación general es la inversa que se tiene cuando uno llega del primer mundo. Todo tiene clase, todo funciona, todo está previsto.
· A la gente parece resultarle fascinante que haya ido a Costa Rica.
· No me gusta contar las mismas anécdotas más de dos veces.
· La kinesiología funciona. Lenta hasta la exasperación, pero cura. Mi sinovitis tiene sus días contados.
· Los yankis pueden llegar a ser muy burocráticos y yo muy amarrete: todavía no logré adquirir la Mac.
· No consumo tanta cultura. Ergo, no debería quejarme tanto de San José.
· Nunca fui lo que se dice un metrosexual, pero evidentemente perdí algo del poco sentido de la elegancia y buen gusto que solía tener: fui rebotado en el Podestá por vestir zapatillas, pescador y musculosa.
· Paradójicamente como menos cuando la heladera está tan llena.
· Hay muchos restaurantes buenos y baratos y malos y caros.
· Por más que le pese al pueblo que me acoje, dudo muchísimo que un porteño logre distinguir entre un colombiano, un nica y un tico.

Limado

Tras cuatro horas y media de vuelo y turbulencias, estoy en Lima. Me está costando más de lo que imaginaba hacer la retrospectiva. Definitivamente soy un blogger de tiempo real.

Terminando el comienzo

Tres y veinticinco. Ahora y veintiseis. Me acabo de subir al taxi a Ezeiza y ya estamos por la torre de Interama. El chofer es la versión elegante de Moyano. Cuando lo vi en la puerta de casa le dije "buenas noches". "Buenos días", respondió. Maneja un Fiat chiquito pero con clase y casi sin kilómetrs. Escucha a Tom Jones sin siquiera tararear. Ahora suena Phil Collins. Me pregunta con qué aerolínea vuelo. No promueve el diálogo supérfluo. Por alguna razón hoy viajo con pantalón beige y camisa manga corta de colores. Es de esos días en los que disfruto imaginándome yuppie y burgeoise bohéme, mezcladito y yuxtapuesto.
Durante estas dos semanas no escribí nada. Ni siquiera mentalmente. Tengo unas diez horas hasta aterrizar en San José. Suficientes para escribir una retrospectiva porteña. Si supiera lo que es un aguafuerte le daría ese tono. A conformarse con hombres de palito a mano alzada.

Calma, multitud iracunda

No han sido ni son tiempos sencillos para este autor. Pero como el ave Félix, este blog vuelve a nacer.

domingo, noviembre 12, 2006

Miss Daisy

Confirmado: la viejecita tiene toda la onda. Tiene 2 amigos treintiañeros con pinta de gente interesante que se levantaron de sus respectivos asientos para charlar animadamente con ella. Soy lo menos.

El sabor del encuentro

Estaba aburrido. Vi de reojo la peli. Sigo con acidez. No pasa nada. Qué hago. Y...voy a ver qué tarjetas y papelitos de diversa índole recolecté en este último tiempo entre la billetera y la riñonera. Para aquellos que no conocen esa fascinante faceta de mi personalidad, papelito que recibo (incluyendo tickets de poca monta, como el del Snickers King Size), papelito que guardo. Pero lo guardo para posterior análisis. Para, en momentos como estos, revisar la pila y, con el alma henchida de orden y eficiencia, tirar todos y cada uno de los chunches. Me disponía entonces a darle una vuelta más a la rueca de la historia cuando, de repente, el milagro se hizo carne.
Caramba, este papelito es verde. Dice 20. ¡Ave María Purísima! ¡le jaim! ¡20 prístinos dólares escondidos en un recodo de mi billetera!

Head of State

Empezó la peli. "Jefe de Estado". El audio sale bajísimo. Por suerte parece se re mala. Una vecina protestó y Archie promete tomar el toro por las astas y resetear el sistema (sic).

Nota de color: entre el Snickers King Size y las papitas Lay's que acaban de dar de snack tengo una acidez galopante

Obertura telúrica

Gran cantidad de argentinos. Ya en el aeropuerto de San José. Con el grupo de los festivos rugbiers rosarinos que vienen de su 3er viaje en 3 años por Colombia (imposible no enterarse: hablan a grito peludo) que sube en Lima la tendencia se torna irreversible.
Malditos. Con cada "ye", con cada "che" y hasta cuando esa tierna viejecita de Villa Ortúzar o de Liniers le explica a un atento turista que de Argentina lo que vale la pena son las cataratas, siento como me vulgarizo, como paso a ser uno más, como mis exotismo a la hora de pronunciar "lluvia" y decir "carajo" se esfuma.
Encima siento que todos parecen más argentinos que yo. Seguro que todos bailan tango con firuletes y la mar en coche. Seguro que saben cebar mate. Seguro que van todos los domingos a la cancha. Seguro que hacen unas empanadas tucumanas de la gran siete. Todos. Hasta la viejecita.

Psique

Sigo angustiado. Me di cuenta que, al menos para la escritura, soy mucho más creativo cuando me angustio. El día que me cure, nos quedamos sin blog.

Archie

Este azafato también me toco a la ida. Es la versión peruana de Archie.

King Size

Ayer saqué dólares del cajero. 60. Por alguna razón usé unos cuantos para pagar el impuesto de salida de Costa Rica y mi almuerzo. Me acabo de dar cuenta que la idea original de ese verde dinero era pagar el taxi/remis/chata que me va a llevar de Ezeiza a mi cama. Recordemos que estoy llegando a las 3 de la mañana (lo que excluye la posibilidad de tomar el 86).
Me quedan 17 o 18 dólares. Me angustio. Hago cuentas. En Ezeiza son siempre medio chorros. La inflación, si no galopa, al menos camina apurada. Siempre tendremos Tienda León. Claro que me va a dejar en Plaza San Martín. De última de ahí me tomo un taxi. Me angustio. Evidentemente, al menos en parte, lo hago por deporte. Tengo tarjeta de crédito y el equivalente tico de la Banelco. Visualizo la heroica imagen de Alan durmiendo entre bancos, esperando que se haga de día para tomarme el 86. Claramente no lo tomo de noche por mi cobardía, lo que me permite descartar la alternativa por falta de heroismo. Chan, chan, ¿qué pasará? Seguro que algo terrible y el remordimiento me va a morder hasta el fin de los días por haber gastado 3 dólares en ese Snickers King Size que me comí de postre.

Narcolepsia

Acabamos de salir de Lima. Me puse a dormir un cachito para pasar el rato. Para desgracia de futuros compañeros/as de aventuras, no solamente me quedo dormido con facilidad, sino que incluso lo disfruto.

Tupac

Yo y mi maldita costumbre de probar comidas y bebidas nuevas: la Inca Kola apesta.

jueves, noviembre 09, 2006

San Pedro Globetrotters

Ya comenté que me quiero mudar de barrio. El objetivo: San Pedro. Cines, teatros, bares, negocios, compañeros de trabajo y no más Rogel. Me puse a buscar departamento. Y encontré que el hostel Globetrotters alquila habitaciones individuales por mes. El sábado a la mañana voy a ir a echar un vistazo. Gordo infame, tus días de lucro incesante están contados con los machucados dedos de mi pie.

miércoles, noviembre 08, 2006

Serie grandes inventos - hoy también: la musiquita mientras uno espera que lo atiendan

Llamo mucho radio taxis ultimamente. Mi preferido es uno que ni sé cómo se llama, pero que me lo dieron en el 113 (el equivalente al 110 porteño). Uno llama y generalmente lo atienden a los 10 o 15 milisegundos de haber marcado "Dial". Bah, lo atienden. Alguien levanta el tubo, pero se ve que está muy ocupado, entonces deja el tubo tirado. Uno puede escuchar durante más o menos un minuto (si es que estamos hablando de hora pico) las conversaciones que se dan entre los operadores. "100 al Este del Banco de Costa Rica - casa verde". "200 al Oeste del RostiPoyos de Sabana". Y ahi lo atienden a uno. ¿Disculpas? No veo por qué.

Serie grandes inventos - hoy: la canilla de oficina

Las canillas del baño de la oficina nunca derraman gota demás. Claro, para activarlas uno tiene que mover la palanquita que está exactamente en el medio de la canilla. De gran practicidad a la hora de tratar de lavar ambas manos a la vez y sobre todo de tomar agua para enjuagar la boca tras una cepillada.

Si nunca me fui...

El sábado salgo para Buenos Aires. Me quedo allá (acá para más de un lector) durante dos semanas. Los interesados en que les estampe mi autógrafo en su monitor pueden dejar su pedido como comentario de este post. Las remeras que sé que se venden en Once con el logo de tiempodeticos no son auténticas, pero las firmo lo mismo.

Huancaina

El viernes me invitó a cenar Carlos junto a su amigo hondureño Iosi. Fuimos a un restaurante peruano en Escazú, el barrio yanki. La comida estuvo increible. Comí cachitos de ceviche, papa rellena con corvina, pulpo en alguna salsa y corvina con algo más. De tomar una bebida marrón que había probado una vez en Buenos Aires y no había gustado ni un poco. En los trekkings y en el extranjero uno disfruta el doble cualquier comida. O en casa la disfruto la mitad. Mejor me quedo con la opción primera.
Iosi y Carlos me contaron durante la cena sobre las maras. Parece ser que el gobierno yanki decidió, durante comienzos de los '80, largar de forma paulatina a unos cuantos presos de origen latino, siempre y cuando se fueran de nuevo a su pais de origen. Y fue asi como un ejército (literalmente) de muchachos violentos y seguramente malhablados invadió lentamente Guatemala, El Salvador y Honduras. Básicamente hay 2 maras: los de la 13 y los de la 18. Los números se refieren a las calles de Los Angeles por las que solían salir a pasear.
Resulta que hoy en día los integrantes de las maras reinan en esos tres paises. Si uno tiene un negocio, tiene que pagar una mensualidad en concepto de protección. Una chica que le guste a un integrante de una mara tiene dos opciones: o se une a la mara de su pretendiente o se une a la contra para que no la maten. Para poder ingresar a una de las maras hay que cumplir alguna prueba. La más común es matar a un policía.
Si uno anda paseando por la vereda y ve que en la dirección contraria viene un integrante de una mara, debería bajarse a la calle para dejarlo pasar. O dejar pasar una bala por su cráneo. Hora de posponer mi viaje a Guatemala.

Cloaca


En el hotel de Manuel Antonio tienen un ducheiro. El agua sale muy caliente. El desgraciado de Rogel me cagó también con esto. Ya me siento todo un pozo ciego.

Gringo viejo

El fin de semana estuve en Manuel Antonio. Playas, monos, cocodrilos, iguanas que corren sobre el agua, rastas, surf. Cuando llegué al hostel, empapado tras haberme bajado dos paradas más tarde de lo que debía ("Ah, sí, como ud me dijo, yo avisé cuando pasamos por su pensión" - señor colectivero, la idea es que cuando ud avise yo le escuche), me encontré con un cálido ambiente familiar. Se me acerca un gringo y en su mejor y más refinado inglés me pregunta qué andaba buscando. Pobre tipo: estuvo amable. Pero me irrita sobremanera que un yanki me hable directamente en inglés estando en un pais de habla hispana.
El domingo estuvo muy lindo hasta que me agarró esa especie de silbido que presagia un dolor de cabeza. Siguió silbando y silbando y llegó un momento, mientras cruzaba en botecito el riacho que se forma entre la reserva y el pueblo cuando sube la marea, en el que rogué que salte el cocodrilo Pedro y me arranque las sienes de una vez y para siempre. La cosa es que me había olvidado el Tetralgin en San José. Y me estaba acordando básicamente de Freud y su progenitora cuando llegué, vomito contenido, hasta la farmacia de Manuel Antonio. Yanki delante mío. A los gritos pelados. O sea, charlando con otra yanki. Sobre si compraba o no una pastilla para dormir esta noche. Y a mi qué. Y mucho menos en inglés. Y menos que menos, cuando se dio vuelta y con gran nasalidad me dijo en inglés si quería pasar. "Permiso" le dije. Quise ser más hiriente. Se hace lo que se puede.

Furia nipona

Estamos en la semana de la cultura japonesa. Ayer fui con César, Hugo y Adrián (los primeros dos del trabajo, el último un amigo de Hugo) a ver un concierto gratuito de AUN en el Auditorio Nacional. AUN son dos simpáticos muchachos japoneses que, además de ser hermanos gemelos, tocan muy bien y muy rápido unos enormes tambores de guerra nipones. Se ve que a los hermanitos también les gusta la música electrónica, porque además de los tambores (y un violín que entraba de a ratos en escena), manejaban desde una laptop un fondo musical digno de Pachá.
Los hermanos tamboreros no dejaron ni un segundo de sonreír o tocar el tambor. La pasé muy bien y hasta por un segundo consideré la idea de comprarme el CD.
A la salida del concierto fuimos a tomar unas cervezas y comer unos ceviches. Ya soy lo que se dice un tico todoterreno.

Glosario callejero

despichado = hecho mierda
hijo e pucha = qué guacho
vieja = mina
chunche = cosa (a diferencia de vara, chunche tiene que ser tangible)
bretear = laburar
diay = (se usa a veces al principio de una oración) (ej: diay, qué idea más tuanis esa, mae)
de fijo = seguro (ej: de fijo que vamos a tener que bretear hasta medianoche hoy)
Chepe = Pepe/San José
Pura vida (¡Por fin!) = Todo bien (ej: ¿Pura vida? Sí, por dicha todo tuanis)

miércoles, noviembre 01, 2006

En el Caribe sur

Fui nomás a Puerto Viejo. Viajé todo acurrucado en mi minúsculo asiento junto a Antoni (o Andoni, no entendí bien), un gallego igualito a Geoffrey Rush. Llegué a destino tras cinco largas horas de viaje y encaré para RockingJ's, el lugar recomendado por la guía. Toda la onda: estatuitas de buda, mosaicos en las puertas de los baños, cesped tipo inglés con sillones y pufs. Saqué una hamaca + locker: 6 dólares. Saludé a mis vecinos de hamacas con un cordial "hola". Me respondieron con cabal indiferencia. Toda la onda.
Siguiendo los consejos de mi sabia guía, alquilé una bici playera y me lancé a la aventura. Primer destino: el centro de Puerto Viejo (a 1km más o menos) en busca de protector solar. Encontré la farmacia del pueblo y pagué por el maldito frasco unos colones más que por la licuadora. Segundo destino: Punta Uva. 7 kms. Pedalea que te pedalea y ahí llegué. Mi primera vez en el Caribe. Encadené la bici y miré a mi alrededor. Para alguien como yo esto no es nada usual: tenía muchas expectativas y se estaban cumpliendo. Palmeras, agua transparente, islas y bosques que desaparecían a la distancia producto de la bruma y no más de 10 personas a la vista en toda la bahía. Le pedí a los únicos vecinos cercanos que me cuiden la mochila y me lance a flotar. Floté feliz en el agua transparente un rato. Chapotié. Miré al cielo. Y de nuevo a la arena. Agarré las antiparras, caminé hasta el final de la bahia y me volvi nadando hasta el punto de partida. Qué liiiiindo es nadar en el mar....
En lo que quedó de la tarde fui con uno de los vecinos utileros bicicleteando hasta el siguiente pueblo: Manzanillo. El vecino se llamaba Ana y era alemana. El sino teutón. Vimos arañas gigantes, unos pajarotes y olas que rompían contra peñascos. Pero mi cámara no lo vio porque se quedó en San José.
A la noche llovió y vi "V de Venganza" en el hotel, desde una hamaca. Me engalané con repelente y me fui a dormir. Temprano emprendi la vuelta el domingo. El conductor del micro estaba empeñado en saludar con un bocinazo a cada micro o camión que nos cruzaba. En el camino nos paró la policía y nos hizo bajar a todos. Uno por uno, revisando bolso y documentos. Llegué temprano a San José y me fui de compras al supermercado. Se me acabó el tomo de Moby Dick que me traje desde Buenos Aires. Ya mencionaron a la ballena blanca. Ahab está del tomate. Eso me recuerda que son casi las once y todavia no preparé la comida. Seguramente eso explica la falta de lirismo. Pero el blog y la vida deben continuar.

Serie grandes inventos - hoy: el ducheiro

Este post bien podría haberse titulado "el calefón" o "el termotanque". Incluso "las brasas que sobraron del asado". En Brasil las llaman duchas suicidas. Tuve la gran idea de cambiar de temperatura mientras el agua estaba encendida. Saltó como una chispa adentro. Chispa y agua no se llevan bien. Por suerte Rogel me aclaró que es nuevito, recién comprado. Como el lavarropas, que tiene el fondo oxidado y me dejó una mancha marrón horrible en una chomba.
El ducheiro se enciende cuando pasa agua. Eso sí, si es mucha agua ni se nota. Pero si pasa poca...el ducheiro no se entera y se niega a encender.

Un (¿Una?) maracuyá por dentro


Nunca había visto uno (¿una?) y les juro que no se ve muy licuable a simple vista...

Es hora de comprarme una plancha

lunes, octubre 30, 2006

El plato de la semana

Filet de tilipa (un pescado) en su salsa con ensalada de tomate, zanahorias baby orgánicas, brotes de trébol y lechuga americana. Acompaña: licuado de maracuyá.

Glosario 3

pichudo = jodido/complicado/interesante
chorizo = curro
fresas = frutillas
lapicero = birome
chunche = aparato/cosa
carajillo = niño
manga = mango
mango = fruta verde y ácida
fresco = bebida
carro = auto
playo = gay
jalar = irse

Sinovitis

Desde hace ya muuuucho tiempo que me duele el dedo gordo del pie derecho. Para el que no conoce mi dedo gordo del pie derecho, es un dedo muy grande y bastante feo. Casi macrocefálico. Resulta que ese dedo se dobló durante un partido de fútbol allá lejos y hace tiempo. Un poco se dobló, tampoco la pavada. Pero el muy rumiante sigue doliendo. Me tiene harto. Mi dedo. Me tengo harto.

PD: Decidi poner una foto del personaje de la nota

viernes, octubre 27, 2006

Serie grandes inventos - hoy: el boleto de ida y vuelta

No señor, no es posible comprar en este país un tiquete de bus de ida y vuelta. Mañana parto hacia Puerto Viejo. Si Di's, el capitán Ahab y la boleteria en Puerto Viejo lo permiten, vuelvo el domingo para San José.

jueves, octubre 26, 2006

Breve reseña geopolítica

Camino al trabajo paso por el edificio del ICE (Instituto Costarricense de Electricidad). Como bien señaló recientemente un/a lector/a, Costa Rica está presta a firmar un tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos. Una de las cláusulas de ese tratado obliga al estado costarricense a abrir el actual monopolio que tiene el ICE en el mercado eléctrico y de comunicaciones. Los últimos dos dias hubo una huelga de los empleados del ICE, con piquete pacífico (casi casi recreativo) en la puerta del edificio. Este cronista, sin conocer muchos detalles del asunto y a pesar de haber sufrido las penurias propias del sistema monopólico, adhiere a la protesta y a modo de apoyo a la causa, utiliza este espacio para la difusión del estribillo del nuevo hit de la canción de protesta latinoamericana:

No al TLC (bis)
Sí a mi pais
No al TLC

Nota: la foto está bajada de internet (no la saqué yo)

Nace una estrella


Nota: post no apto para público impresionable.

REVUELTO TICO: En un acto cuasi darwineano, decidí cocinar un plato con todo lo que tenía en la heladera.

Ingredientes:

  • Huevos: 2
  • Pasta de frijol colorado refrito: 1 latita
  • Cebolla: 1/4 (ya medio viejita)
  • Tomate orgánico: 1
  • Aceite de soya y sal fina: a gusto

Con el aceite que sobró de un huevo frito hecho algunos segundos antes, se tira a la sartén el primer huevo como su progenitora avicola lo trajo al mundo (con excepción de la cáscara, claro está). Se revuelve un poco y a gran velocidad se lava el tomate orgánico, se lo corta con un súper cuchillo y se arrojan esos pedacitos sobre el huevo, procurando no fallar el lanzamiento. Sin dudar un segundo, se corta en cubitos el cacho de cebolla y se los arroja de modo similar. Luego se toma la pasta de frijol colorado refrito (ya recalentada 10 minutos a baño María, siguiendo celosamente las instrucciones de la latita) y se la empieza a echar como loco sobre la pasta acuosa que se va formando en la sartén. Se rompe el huevo restante y se lo distribuye sobre la mezcla repugnante. Se tira un poco de sal encima del amarronado pseudobolo alimenticio y se mezcla un rato, hasta que todos los ingredientes ya están lo suficientemente calientes para que sus aromas se mezclen. Se prueba y...oh la la, magnifique!

Pequeñas miserias


¿Cómo haría usted para recubrir su cepillo dientes si está a punto de salir de excursión y carece de un protector plástico acorde a las circunstancias?

Del arcón de los recuerdos


Mi primer omelette (preparado un día después de mis primeros fideos, allá lejos y hace tiempo).

Le jour de gloire est arrivé !


Llegó nomás el día : volví a tener internet en casa.

martes, octubre 24, 2006

Alan 2 - Rogel 1


Cuenta Tatiana, riéndose: "Lo llamé a este Rogel. '¿Alo?' - '¿Alo, Rogel?' - (silencio) 'No' (pausa) '¿Quién le habla?' - 'Tatiana Liziano, de Artinsoft' - 'Ah, Tatiana, qué tal, soy Rogel'".
El malandra prometió instalar internet en la casa la semana que viene. Si no lo hace, caeremos con todo el peso de la justicia divina y terrenal sobre su grasosa humanidad para reclamar por lo que es nuestro. ¡Inquilinos del mundo, unios!

Biblos

¿Quién sigue a Timerman? Primero probé con Madame Bovary. Demasiadas palabras que no entiendo. Miro la traducción que me traje: Losada. Una vez leí en una traducción mexicana "octeto" en vez de "byte". Próximo libro: El miedo a la democracia, de Noam Chomsky. Ideas desordenadas y todas parecidas. Me aburre a las 30 páginas. En Santa Elena (léase: Monteverde) me compré dos libros usados. Sense & Sensibility, en inglés. Me da miedo el inglés sofisticado, así que lo dejo para después. Siguiendo con un tópico que parece obsesionarme, el otro libro, ya en castellano es "El miedo a la libertad", de Erich Fromm. Lo empiezo, unas 15 páginas. Muy escrito en difícil. No me atrapa. Basta de miedos. Próximo libro: Moby Dick. Este me está gustando. Así que por ahora le sigo los pasos al bueno de Ismael.

Saki

Creo que de un cuento de Saki, que leí hace mucho: "Siempre llevo dos paraguas conmigo. Uno para olvidármelo y otro para la lluvia". Ayer me dejé el mio en el micro.

Hormiguita dime tú

Para los que dicen que soy un profesional del pesimismo: lo bueno de tener hormigas en la casa es que me avisan dónde me olvidé de pasar el lampazo.

Alan 1 - Rogel 1

Hacete amigo del juez. O mejor aún, del que le da de comer al chancho. Hoy tomé al toro por las astas (¿Ya conté que Rogel es un poco regordete?) y le relaté a Tatiana (recordemos, la encargada de RRHH de Artinsoft) mis desventuras con el condenado del dueño. Lo primero que hice fue corroborar lo dicho por el malviviente la vez que le reclamé algo. No, no la conoce a Tatiana desde hace años: es la primera vez que se hablan. Ja, gordito mitómano, ahora sí te agarré. Ya en confianza y con el pagador de mi lado, conté mi drama completo. Buenísimo, ahora Tatiana va a llamar para presionar por la conexión a internet.

Hades

Domingo. Ni de ramos ni de núbila: de volcanes. Volcán, uno solito. Se llama Poás y queda muy cerca de San José. Uno se sube al colectivo, que sube, sube y sube y llega a la cima del volcán. Casi. Llega a un gran parking, desde donde un caminito asfaltado lo lleva a un gran centro de visitantes, con baños, negocio de souvenirs, mini-museo y cafetería. Siguiendo el camino asfaltado uno puede, si camina rápido, adelantar a la señora de edad que, bolsita en mano, decidió pasar el domingo mirando fumarolas con aroma a azufre y, tal vez tras 400m de camino casi plano, llegar a la cumbre. O más bien al mirador, desde donde se puede admirar el cráter. Si el día está despejado, claro está.
Pero el día estaba, sí querido lector, nublado. O lo que es lo mismo, desde el mirador se podía apreciar una hermosa e impactante pared un poco blanca y un poco gris. Por suerte hay una atracción secundaria en el lugar: una laguna, que tiempo atrás supo también ser cráter. Las nubes, claro está, también tapaban la laguna. Pero por lo menos en el camino hice una amistad: seguimos recorriendo los Alpes y recalamos en la encantadora Austria. Natalie, quien, para el goce del lector ávido de culebrones y paranoia paleosionista, tiene un novio alemán, y este cronista charlan, en ameno castellano, sobre temas varios. Pasan los minutos y, viento mediante, pasan también las nubes. ¡El cráter del Poás en todo su esplendor!

Hola Rogelio, te estamos llamando

A la salida del teatro lo vi a Rogel. Me hice el salame, pero sé que me vio. Y para mí que le revolví el pedacito que tiene de corazón, porque al rato sonó el teléfono y era él. Me preguntó si yo le había pasado mi nuevo número de teléfono a la gente que trataba de llamarme. Le dije que no, que no sabía que tenía un nuevo número. Haciendo alarde de su innata capacidad para el absurdo me contesta: "ah, como siempre que me llamaba lo hacía desde ese número, asumí que ya lo sabía". Parece que la habilitación para llamadas internacionales la hizo para ese número. Obviamente, la culpa es mía por no saber lo que pasa por la cabeza del señorito.

Transiciones

Después un buen tiempo, tal vez más de un año, hablé por MSN con Morena, una ex compañera de teatro. Le conté que estoy escribiendo un blog. Ella me contó que acaba de tener un bebé. Nos felicitamos mutuamente. A veces me siento tan pusilánime.

Teatro

El domingo, que incluyó una migraña memorable, pedía a gritos un momento cultural. Me despedí de Natalie en medio del hedor a pollo frito del centro de San José y encaré hacia el Teatro Nacional. Algo bueno tiene que haber. Además escuché por ahí que en la zona habría un cine para progres psicobolches como uno. Pero el azar tiene cara de suplemento cultural y, sin darme cuenta, vi el cartel soñado: "2do Festival de Teatro Costarricense". Teatro Popular Melico Salazar. Una mezcla entre el San Martín y el Cervantes. Hay que ver lo que salió de semejante cruza.
La sala en sí es muy linda y la entrada fue barata. La obra se llamaba "1969". El folleto prometía una interesante reflexión sobre los tabúes de la sociedad costarricense tomando como punto de partida una familia un disfuncional. Por suerte, si vi obras con peores diálogos y actuaciones, las olvidé o lo sigo intentando.
Hoy en el almuerzo comenté la salida con dos compañeros de trabajo. Uno respondió: "Es que en Costa Rica el teatro es muy malo". Dicen las malas lenguas que macho es el que probó y no le gustó.

Tango


Será que la condición de extranjero a uno le enciende el chauvinismo. O porque todo debe cambiar para que nada cambie y con el pasar de los días siento que voy perdiendo ese charme que caracteriza al diferente. La cosa es que decidí, cuando vuelva de Buenos Aires en Noviembre, empezar a tomar mate. No es que no me guste el mate. Pero es como el tango (la música, no el baile). Si alguien lo pone, me gusta. Pero es raro que me compre un CD o lo elija en la radio.

lunes, octubre 23, 2006

Amo de casa desesperado

Desde hace ya un par de días que siento que todo me sale mal. No tengo más internet en la casa. Rogel dice que anda, que no es su culpa. Nunca nada es su culpa. Hay hormigas en la casa. Rogel dice que no puede ser. Que bueno, que compre algún hormiguicida. La suiza de Monteverde se compró el pasaje de vuelta 2 minutos antes que salga el bus. Le dijeron que tenía que viajar parada. Como solamente hacía la mitad del trayecto (tenia que combinar con otro bus), le ofrecí mi asiento. Nunca dijo gracias. Lo bueno es que yo encontré un asiento vacío. Los micros acá van levantando gente en el camino. Mucha gente, muchas paradas. En una de esas paradas, sube una mina con una nena en brazos. Al lado mio (él pasillo, yo ventanilla) hay un forzudo. Como el forzudo no atina a mover su trasero, decido llamar a la mina y ofrecerle mi asiento. El forzudo se mueve, me deja pasar, se corre a la ventanilla y la mina se sienta con su niña en el asiento del forzudo. Jamás atinó a decir gracias ni nada parecido.
Tengo un celular. Es lindo mi celular. Es una Palm y un celular. Es GSM. O sea, uno le pone un chip de alguna empresa y sale andando. En Lituania hice eso en unos 35'. Acá por suerte tengo la ventaja que Mónica, la secretaria de Carlos, ofreció tramitar la línea por mi. Caramba, parece que solamente se le venden líneas nuevas a ciudadanos costarricenses. Caramba, solamente se venden junto a un teléfono, no se vende la línea sola. Caramba, el teléfono debe tener factura. Caramba, la factura, si no es costarricense, debe tener el sello de aduana. Qué bueno, me dice Mónica, que existe "La Cueva", donde te hacen una factura con sello de aduana para tu teléfono. ¿Cuánto cobran? Y...según el teléfono. Caramba, la Cueva decidió retirarse del negocio de las facturas falsas de celulares. Por suerte Mónica conoce a alguien dentro del ICE. Ese alguien coopera desinteresadamente y acepta la factura gringa que tengo de mi celular. Ahora falta que el ICE confirme que mi teléfono va a funcionar en su red. Obviamente va a funcionar, es un GSM. Pero el ICE debe corroborarlo. Caramba, dicen que el modelo más nuevo de mi teléfono funciona, pero que el mío no. No importa que yo diga que es ridículo, que la diferencia entre ambos teléfonos no radica en su funcionalidad telefónica. Por suerte Don Jóse, el cadete de Artinsoft, tiene un teléfono muy viejo y va a tramitarme una línea con ese teléfono. Ya ni me acuerdo para qué quería un celular.
Por suerte tengo mi gimnasio súper caro y exclusivo para ir y relajarme en la pileta. Caramba, los sábados cierra a las cuatro de la tarde y son las cuatro menos veinte.
No importa que no tengo internet porque desde Argentina me pueden llamar con una tarjeta barata. Caramba, llaman y una voz les dice que mi teléfono no está habilitado para recibir llamadas internacionales. Llamo a Rogel y me dice que la habilitación se hace conjunta para llamar y recibir. Y que normalmente él pide un depósito para habilitarla. Pero bueno, como me quiere mucho, la va a habilitar. Me llama en la semana para decirme que ya está habilitada. Tratan de llamarme desde BsAs y aparece la misma grabación. Llamo a Rogel y me dice que qué raro, que en 8 años nunca le pasó que le digan del ICE que una línea está habilitada para llamadas internacionales y realmente no lo está. Que seguramente escucharon mal la grabación. Que el estuvo 2 horas en el ICE para habilitarme la línea como internacional y que nunca hace eso por nadie. Que yo no puedo quejarme personalemente porque el dueño de la línea es él. Que el lunes va a arreglar todo.
Entonces decido limpiar el departamento. Tengo la ocurrencia de pedirle a Rogel que me dé una escoba y una pala. Asumo que un departamento equipado viene con pala y escoba. Rogel me dice que cómo no, que él puede ir a comprar pala y escoba al supermercado, que me las consigue baratas. Resignado, le digo que no hace falta, que yo las compro. Me insiste, que para él no es nada, que va y me las consigue baratas. Acepto. A los dos días me lo cruzo a Rogel y me dice que ya me compró la escoba y la pala, pero que las tiene en su camioneta, que después las trae. Me dice que me va a dejar la pala y la escoba en la puerta del departamento. Le agradezco por el gesto. Pasa una semana. Le pregunto por la pala y la escoba. Me dice que yo le dije que yo las iba a comprar, pero que él con todo gusto me las compra muy baratas. Le agradezco el gesto.
La duda que me carcome cada día más es si realmente los ticos y yo hablamos el mismo idioma.

PD: Muchas gracias a la lectora que propuso el cambio del título del post

Más glosario

puro = pleno (ej: en el puro centro)
fiestero = jodón
pista = autopista
por dicha = por suerte
machito = rubio
machita = rubia
Estados = Estados Unidos
menudo = cambio (ej:No tengo menudo, me lo paga la próxima)
nica = nicaragüense (ej: Tenga cuidado, esa plaza esta llena de nicas)
bomba = estación de servicio
birra = birra
aguacate = palta

domingo, octubre 22, 2006

Radio 10

Estoy en un taxi. El taxista me pregunta qué vi de Costa Rica. Me dice que lo bueno de Costa Rica es lo fácil que resulta viajar de un lado a otro y lo hermoso que es el país. Asiento y comento que tengo ganas de ir a Puerto Viejo. Me dice que es muy tuanis, pero que tenga cuidado. ¿De los robos? Asiente. Conociendo la respuesta, pregunto por qué allá es más peligroso. Mirándome a los ojos por el espejo retrovisor y como quien dice una obviedad me contesta: "por los negros, claro".

sábado, octubre 21, 2006

Aruba

Hoy me levanté 4:30AM para ir a Puerto Viejo. Los pasajes no se pueden reservar por teléfono y el viaje en taxi a la terminal ida y vuelta cuesta casi lo mismo que el pasaje en si. Pregunté por doquier y la multitud es unánime: no vale la pena comprar el pasaje con anticipación. Decido llegar temprano. Llamo un radio-taxi. Mi primer radio-taxi. A los 5' escucho un bocinazo. Claro, no hay timbre y además los departamentos no tienen identificación. Otro bocinazo. Salgo rápido al pasillo a hacerle señas para que no se vaya. Me lleva a la terminal del Caribe. Me deja de la mano de enfrente. Trato de cruzar. Obviamente no hay semáforo ni senda peatonal a la vista. Veo a dos peatones correr, parar en el medio de la avenida y correr aliviados hasta la otra vereda. No pienso tomarme un taxi para que me cruce de vereda. Puteo y cruzo corriendo. 5:15 AM. El micro sale a las 6. Pregunto y llego al lugar donde se venden los pasajes. Hago la cola. Compro mi pasaje. Dos personas atrás mío se acaban los pasajes. Micro lleno. Me compro una factura de guayaba. Como y voy yendo para el micro. Dónde puse el pasaje. En este bolsillo no. En la billetera tampoco. Se ve que acá tampoco. ¿Qué salame, no? Ah, lo habré puesto en la mochila. Ajá, tampoco. Después del quinto bolsillo (tengo un pantalón con muchos bolsillos) empiezo a preocuparme. Resumen: nunca encontré el pasaje. Voy a la ventanilla en la que acabo de comprar el pasaje y con mi mejor cara de salame (nuevamente, no me requiere un gran esfuerzo dada la coyuntura) le pido al buen señor si me puede reimprimir el pasaje. Me dice, mirando para otro lado, que su impresora solamente sirve para imprimir originales (sic). Entiendo que quiere colaborar y me retiro cabizbajo y puteabundo. Se van todos a cagar. Yo seré un pelotudo mayúsculo, pero parecería como si en este país no te ayudara nadie.

viernes, octubre 20, 2006

Rumiaciones offline

Recordarán la zaga de la suiza y el viaje de vuelta de Monteverde. Bueno, me había olvidado de una parte. Resulta que a los 5' de haber dejado Monteverde pasa un pibe a pedir los pasajes. Cuando ve el de la suiza me pregunta si es por los dos. Le digo que no. La suiza me pide el pasaje y me pregunta sorprendida cómo puede ser que pagó más que yo si hace la mitad del recorrido. La suiza casi no habla español, así que llamo al pibe y le pregunto lo mismo. Con su mejor cara de pelotudo me dice que le cobraron 2 pasajes a ella. Claro, yo la acompañé a la oficina de pasajes y ahí pensaron que eran dos pasajes. Obviamente, no se preocuparon en confirmar que eran 2 los que viajaban. Bien. Amablemente, le pido al amigo si por favor puede devolverle el importe a la amiga. Sonríe y me dice que va a preguntarle al chofer. Lo sigo con la mirada, veo que habla con el chofer y se queda al lado de la puerta sin decirme nada. Pasan 5'. 10'. Empiezo a enojarme en serio. Lo llamo con la mano. Le pregunto qué pasa. Se acerca y me pregunta a qué me estoy refiriendo. Le recuerdo la historia de los 2 pasajes. Ah, cierto. Y no hace nada. Me levanto, ya a buena temperatura, y voy a hablar con el chofer. Le explico amablemente el caso y le solicito el importe. Me dice que cómo no, que no hay ningún problema, que la próxima vez que vaya a Monteverde haga el reclamo. Ya casi furioso le digo que no voy a volver más a Monteverde, que soy un turista, que el representa a la compañía y que se me está riendo en la cara con su respuesta sin sentido. Me dice muy tranquilo que él no pertenece a la compañía. Que él es un chofer y le pagan por conducir, no por devolver boletos. Que su jefe lo va a reprender si hace algo que no le indicaron que haga. El pibe junta-boletos me mira con cara de haber tenido una idea brillante y me dice que puedo llamar por teléfono a Monteverde desde la parada de descanso que hace el micro. Le digo que no voy a llamar nada, que llamen ellos. Me dicen que no, que no les pagan para hacer eso. Me tocan la espalda. La suiza no quiere que siga armando quilombo. Con puteadas mitad en inglés, mitad en español, me siento y trato, sin éxito, de dormirme una siestita. Así como "Israel no es para los Timerman" comienzo a pensar que Costa Rica no es para los calentones como yo.

jueves, octubre 19, 2006

Bosque nuboso día 2

Una hipótesis nunca comprobada es que segundas partes de trilogías siempre son geniales (El Padrino II, El Imperio Contraataca, Superman II). Acá no fue para tanto, pero el domingo tuvo lo suyo. Empezó temprano con la primer excursión al bosque nuboso, nuboso. Reserva natural Santa Elena. Voy llegando en el bus y el cielo se cierra a puro gris. Pago mi entrada de estudiante, doy unos 50 pasos y de repente, la primer sensación fuerte: estoy rodeado de vida. Todo es de verdes profundos pero distintos (digresión enciclopédica: ¿Sabía ud que el ojo humano puede distinguir el doble de tonalidades de verdes que de azules o rojos?). Pero sobre todo los sonidos. Coros de pájaros. Me encanta el que suena como puerta desvencijada. Si lo habrá usado Spielberg para las escenas de suspenso en Jurassic Park. Pero a pesar de tanto pájaro en mi memoria, hoy carezco de vuelo literario. Así que me concentro en los hechos. Mi caminata por el circuito Caña Negra transcurría sin sobresaltos y con algunas fotos hasta que mi intestino decidió hacerme, como al bueno de Frondizi, un planteo. Rechazado, mi general. Pero las presiones castrenses arreciaban y tuve que ceder. Tio Ernesto, si estás ahí leyendo, quiero que sepas que en el bosque nuboso, aun sin Ferrum de por medio, también es posible.
La travesía siguió, ya a mejor ritmo. Me encontré con un holandés de acento simpático en una parada con vista a un volcán. Charlamos de viajes y de fútbol y decidí seguir mi paso. No vi monos ni quetzales, pero pasé un lindo rato caminando entre hojas, ramas y flores. Las fotos, mis queridos lectores, tardarán en llegar debido a problemas técnicos que la producción no ha logrado subsanar aún. Volví nomás a la pensión y me dedique a un placer esquivo pero siempre eficaz: la siesta. El día se cerró cerrando Timerman. Gran libro. Se merecía un post más memorable. Lo siento Jacobo, es lo que hay.

Bosque nuboso día 1: cielo despejado

Hay muchos taxis en San José. De esos muchos, algunos (varios) son pisteros. Tienen alerón, luces violáceas y calcomanías sofisticadas. El sábado a las seis y diez de la mañana tomé uno de esos y llegué a la antigua estación de Puntarenas en tiempo y forma para tomar mi bus a Monteverde. Habia leído en algún lado que los buses son peligrosos. No para uno, sino para su equipaje. Ja, a mi no me agarran. Me ofrecen guardar la mochila en la parte de abajo del micro. Pregunto si me dan tiquete. Me dicen que no. Ja, ni loco, me la llevo conmigo. La mochilota. Todo el maldito viaje con una mochilota encima mío. El único en todo el micro con una mochilota encima. Después de 3 horas de viaje (y faltando otras tantas) le pregunto a mi vecina si es seguro guardar la mochila abajo. "Más seguro que aquí arriba, eso sí. Si la lleva así, se duerme y le quitan la cámara sin que se dé cuenta". Sonrío, pongo cara de gringo gil (no me cuesta mucho, dada la coyuntura) y le agradezco el dato.
El colectivo es, básicamente eso, un colectivo. En cuanto a infraestructura y a recorrido. Para, para, para y para. Sube gente. Viaja parada. No hay gallinas, pero la cosa explota y nos metemos en cuanto pueblito se haya fundado. El último tramo tiene una vista hermosa: un valle muuy verdoso, con pocas y bajas nubes sombreando con buen gusto. Por suerte el conductor tiene el detalle de ir lo suficientemente despacio como para poder contar cuántos árboles hay en el valle. Me decido por buscar formas en las nubes.
Llego, eludo con gesto de viajero experimentado el acoso de los ofrecedores de alojamiento y me dirijo a mi reservada habitación single de siete dólares en la Pensión Santa Elena. Un dechado de buena onda. La gente de la pensión nos explica a una suiza recién llegada y a mí todo lo que se puede hacer en la zona. La zona se llama Monteverde, el pueblo Santa Elena. La suiza (Corinna de nombre, argentina de rasgos) está decidida por hacer Canopy. A mi me da un poco de miedo (y no precisamente escénico), pero en mi mejor estilo contrafóbico, me anoto.
¿Qué es el Canopy? Básicamente, un mini parque de diversiones en el que hay un sólo juego: una serie de tirolesas que van entre árboles y/o plataformas. Canopy vendría a traducirse como "la copa de los árboles". Y para allá fuimos, mi cuerpito, 37 dólares tras descuento para estudiantes, la suiza y yo. Arnés, casco, guantes. El primer cable fue temible. El segundo, me hizo temblar solamente un poco. El último (unas diez veces más largo) casi casi que ni pensé en caerme encima de un mono. En total, once cables.
En el grupo había un alemán. Sebastian. Los tres cenamos y nos fuimos de parranda. La suiza y el alemán se gustaron (y/o estaban aburridos) y decidieron irse a dormir juntos. Y así terminó el primer día del bosque nuboso. No lo dije antes, pero tanta nube no hubo.

Blogger tiempo completo

El público está ansioso por leer qué pasó en el bosque nuboso. Pero eso pasó hace mucho. Ahora en un ratito escribo un resumen, pero ya no es lo mismo que la historia en caliente. Así que el próximo fin de semana que me vaya de turismo aventura (o sea, lo más probable, el próximo fin de semana y todos los que quedan de esta vida tica) me voy a llevar la Palm, que tiene teclado y tiene memoria. O lo que es lo mismo, tiempos de ticos también los fines de semana. Es hora de pedir un aumento.

El día de la marmota

Ayer y anteayer dormí 12 horas. Llegué del trabajo y planifiqué una tarde llena de aventuras, actividades, fideos, piletas, lavadas de ropa y pisos, lecturas infinitas, escrituras de blogs sobre bosques nubosos, et al, et al, et al. Pero antes una siestita. Y de repente, el sol nublado de las 6:30 y ya es el otro día. Son las siete y cuarto y ya casi no me duele la cabeza. Ayer me quedé 2 horas demás en la oficina. O sea que hoy entro a las 9. O sea que en un rato voy a nadar. Y si queda tiempo, a salvar al mundo. Tanto plan termina siendo nada. O a lo sumo una siesta. Tal vez algún día aprenda la lección, si es que hay una.

viernes, octubre 13, 2006

Breve glosario tico

Mae: chabón (usado una o dos veces por oración)
Vacilón: interesante, copado
Tuanis: joya, genial, bien ("¿Cómo estás, Stephen?" - "Todo tuanis, gracias")
Ride: aventón
Banano: banana
Pichel: jarra ("El pichel de esta licuadora es de plástico...eso no es muy tuanis")
María: taxímetro
Plátano: banana gigante, salada y que solamente se come cocida
Patacón: croqueta frita de plátano (varios platos salen con papas fritas o patacones, a elección)
Rojo: billete de mil colones (6 pesos)

Juntos por un tiquete de avión (estadísticas y aclaraciones)

Recaudación hasta el momento: 0,14 dólares. Recordemos que un tiquete de avión en Costa Rica ronda los 180 dólares. ¡Sigamos cliqueando!
Algunos lectores han manifestado por más de un medio que no han podido visualizar la publicidad debajo del título "juntos por un tiquete de avión". Es probable, amiguitos, que algún avispado amigo, pariente o etcétera haya instalado un bloqueador de publicidades (como el AdBlock que yo suelo instalar junto al Firefox cuando paso por una PC). En ese caso, tal vez lo más sencillo para colaborar con esta causa sea visitar este, su sitio preferido, usando el Internet Explorer, por más mersa que les resulte la idea.

El fideo (primera parte)

Estoy haciendo lo que queda de la bolsita de fideos y ya no siento mucha emoción, aunque la salsa sea más sofisticada (agregué sal y queso desde la última vez). ¿Es qué caimos en la inevitable rutina, mi amado Matarazzo?

PD: acabo de probar el consejo de la lectora un fideo candidato contra la pared para testear su cocción...dos veces. Las dos veces el fideo rebotó con ganas en el azulejo. Tal influya que es una especie de pseudo-laja y que el fideo no es spaghetti, sino de esos más cortitos y rigidos.

Enemigo jíntimo

Odio a Rogel y estoy seguro que él me odia a mí. Ya no me gusta más ser inquilino. Tal vez esté leyendo el blog. Sea como sea, creo que es antisemita.

Hoy

Hoy estoy de mal humor (digamos que el vaso está 1/4 vacio y eso me irrita sobremanera), así que casi que no voy a escribir. Solamente una reflexión: no apreciamos un gran invento hasta que lo perdemos. Los taxis en San José no tienen la lucecita de "libre" ni nada que se le parezca. Entonces uno se queda como un idiota levantándole la mano a unos 15 taxis que pasan de largo (sospechosamente la mitad de esos quince, o sea 7 y medio, llevaban solamente un pasajero y en el asiento de adelante).
Mañana me voy a Monteverde, cuna del bosque nuboso. Parece que el bosque nuboso es un bosque en el que siempre está...nublado. Hasta hace un rato estaba muy preocupado porque todavia no me compré protector solar. Recién lei en la guia que, dado que siempre está nublado, el item más preciado en esos lares son las botas de goma. Ja, yo tengo. Tal vez las alquile a algún gringo pata larga. O mejor, las uso y camino por el bosque nuboso.

miércoles, octubre 11, 2006

Tiempo de pile


Lo hice nomás. Me anoté en el multispa. O sea, en el gimnasio. Algunas conclusiones tras mis primeros 500 metros de pileta:

  • Positivo: me queda a 1 cuadra
  • Positivo: volví a nadar
  • Negativo: para variar, el agua de la pileta está congelada
  • Positivo: el agua de las duchas sale calentita (gran alternativa a la ducha de mi casa)
  • Negativo: me dolieron un poco los oidos durante casi todo el nado
  • Negativo: me entró mucha agua en los ojos (la eterna lucha entre el hombre y sus antiparras)
  • Negativo: la pileta es al aire libre (podría ser positivo, pero considerando que acá llueve casi todos los días, me aventuraria a afirmar que el arquitecto del complejo copió el plano de un gimnasio de Atacama)
  • Positivo: hay una palmera al lado de la pileta
  • Positivo: hay un jacuzzi al lado de la pileta (por alguna razón hoy no lo probé, pero dado que sale humito pasaria a ser la segunda fuente de agua caliente que encuentro en este pais)
  • Positivo: no tengo carnet (basta con acordarme mi número de socio)
  • Negativo: es carísimo
  • Positivo: hay clases de yoga
Parecería que hay más positivos que negativos. No hay caso, el bien siempre triunfa sobre el mal.