lunes, enero 01, 2007

Heidi

Hoy fui sólo, manejando, a visitar el volcán Irazú. Mientras subía las cuestas, dignas de inspiración para escenografía de Heidi, se me ocurrió algo, que en el momento me pareció genial: no quiero aceptar las cosas lindas de Costa Rica, porque aceptarlas implicaría que tengo que quedarme acá por siempre. Es decir, ese es mi razonamiento, por más absurdo que suene.
Traté de aplicar la misma ecuación a otras situaciones. Creo que funciona. Critico para no comprometerme. Ridículo.

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