martes, enero 16, 2007

Otro tubo, y van

Y sigo nomás con el racconto de aquellos viajes felices de fin de año. Llegó el fin de Guachipelín, pero antes a tirarse por el Río Negro con la asentaderas tambaleando sobre una cubierta de tractor maquillada para la ocasión. Cabalgata montando un potrillo automatizado que ni trota ni piensa y llegamos a la salida del tírese-por-el-río. Hop, un saltito, y ya estoy flotando. Fresquita el agua, pero afuera hace un calor de locos. Flota que te flota, nos vamos deslizando río abajo y se viene el primer rápido. Fffffzuimmmm, pahkkkktttttrrrrr, pshhhhhhh, emoción, vuelco y de repente estoy flotando con la cubierta sobre la cabeza y la noción de tiempo y espacio bien gracias. Me vuelvo a subir y a mí este río no me gana. Más rápidos y nuevas onomatopeyas. Y mejor no me olvido de la roca esa que se me incrustó en...ahí. Pshhhhhh, ffffffzzzzuimmm y cayendo entre rápidos concluyo que lo mio es el agua. Y de repente, se acabó el tubing. Y a manejar rumbo a la playa. Pacífico, no te inquietes que acá vienen los Cyment.

No hay comentarios.: