
Y a lo lejos se ve que empieza el carnaval. Doy una vuelta enorme y de paso cañazo paso por Copellia, la heladería más conocida de Cuba. O tal vez la única. Poco y nada que envidiarle a Helarte. Ya pipón, me dedico a recorrer calles por doquier. Calles, casas, gente, carteles. Todos, invariablemente, viejos o, en su defecto, envejecidos. Camino y camino y un tipo se me acerca, me da la mano y me dice que es profesor de salsa. Mucho gusto, nos vemos. Llego de nuevo al Malecón y ya empezaron las comparsas. Hoy: carnaval infantil. Lleno de niñitos danzarines con cara de circunstancia, dando vueltas y vueltas al son de un parlante desvencijado y siguiendo al silbatazo cruel del instructor de turno. Medio mundo tomando cerveza y el otro medio mundo dándole a un mini tetra-brick con leche y ron. Precio de la bebida: 1 CUC. Salario medio en Cuba: 15 CUC. Algo no cierra. Por lo menos no hay alambres...o eso dicen los cartelitos con la cara de Fidel.
1 comentario:
perfecto
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