miércoles, febrero 13, 2008

Sempre mobile

Yendo al aeropuerto. Una vez más. Me encanta, pero evidentemente esto me cansa un poco. Hoy: vuelo a Roma. Me encuentro con Camila en su universidad y mañana salimos para la infinitamente ignota Vila D'Agria para visitar a Doménico. La gente al lado mío en el bus no parece pasarla tan bien. Hay uno ahí laburando. Tostado, supera los 50, le da con ganas a la laptop. Se ve satisfecho, ese sí. Y yo, de nuevo en movimiento. Que me relaja y me concentra. Tal vez debería mudarme a una patineta.

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