domingo, febrero 24, 2008

Hoy: poema

Como un hachazo
nocturno pero furtivo
como un abrazo que rechazo
como sol que deprime
freno

Como una trompada lenta
como una despedida
y un nunca más
hasta mañana

Como una tortura
que de anual se hace diaria
como un miedo
a la nada
a unos párpados
a tu realidad tan ajena
a mis días pasados
y al cielo que no ceja

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"a tu realidad tan ajena
a mis días pasados". me mató...

Anónimo dijo...

La nostalgia no es definible científicamente, distintos pensadores han hablado de ella: Nostalgia es la sublimación en la indeterminación de un anhelo del alma desbordado en la materia, “como un amar sin amado y como un dolor que sentimos en miembros que no tenemos”; por el cual se transparenta un “echar de menos lo que no somos”, y la aceptación de que nos encontramos “incompletos y mancos”. La nostalgia es la obsesión aflictiva de estar en otra “parte” (dimensión), de superar la temporalidad y la finitud hacia la Eternidad y la infinitud, de volver a la Itaca de los orígenes (tal como los aluviones de su etimología griega – nosteo y algeo, “volver a la patria” y “sentir dolor” - lo indican). nostalgia, aun cuando también identifica en sus límites un sentimiento de pérdida, no se refiere a una vivencia corriente. Sino a una difusa, a la vez que persistente y dolorosa, como la que denota la palabra dor (< lat. pop. dolus < dolere). El hombre no está satisfecho de ser hombre. Pero no sabe hacia qué regresar, ni cómo volver a un estado del que ha perdido todo recuerdo claro. La nostalgia que tiene de él constituye el fondo de su ser, y a través de ella comunica con lo más antiguo que subsiste en él. E. M. Cioran, Ese maldito yo, Tusquets, Barcelona, 2000, p. 106. La nostalgia mezcla “un sentimiento de encanto ante el recuerdo del objeto ausente o desaparecido para siempre en el tiempo, un sentimiento de dolor ante la inasequibilidad de ese objeto, en fin un anhelo de retorno que quisiera transponer la enigmática distancia que separa el ayer del hoy y reintegrar el alma en la situación que el tiempo ha abolido.” Mariano Ibérico, Perspectivas sobre el tiempo, U. N. M. San Marcos, Lima, 1958, p. 164.