jueves, julio 05, 2007

Joder o el arte de sobrevivir a una decepción

Pero qué cosa más fea es ilusionarse a pura expectativa y chocarse contra esa única verdad que es la realidad. Y qué cotidiano también. Decidí quedarme hasta fin de año. Un cacho antes, pero casi fin de año. A pesar de que extraño mucho, primó el afan de terminar el proyecto. Y como no tengo primos que me alojen y mis compañeros franceses se van a fin de Julio, me puse a buscar una habitación o departamento. Y tras hurgar entre conocidos y peatones, encontré un gran candidato: habitación con baño y ventana al jardín, barrio que está bastante bien, compañeros de departamento civilizados, españoles y hasta divertidos. Mogollón de negoción. Arreglamos hace ya algunas semanas y todo listo: este viernes me mudo. Pero caramba, antes del viernes está el miércoles y recibo una llamada en el celular. Ajá, sí, qué tal, sí soy yo, ah, cómo andás, sí, claro, el viernes...ajá...ah...ah...ah....ah.......bueno...chau. Que vino una muy amiga y qué tengo que entender y que ella siempre les ayudó cuando recién llegaron al país y que mil disculpas y que ella no tomó la decisión y que suerte buscando otra opción y ni una mención sobre honrar compromisos, mucho más considerando que faltan DOS días para la (ex-)mudanza. Y acá estoy, en la oficina y sin poder concentrarme y con ganas de comprarme una bolsa de arena con la cara de Butragueño en alguna Plaza Mayor. Coño, qué de garca que anda suelto por el mundo.

1 comentario:

David dijo...

Horrible ejemplar del bestiario humano te encontraste!