sábado, julio 14, 2007

Tan de repente

En medio de la mudanza agarré un bolso que no usaba hace rato, lo abrí y apareció él para alegrarme el día: un bocadito Cabsha traído de mi último viaje al que nadie, pobre diablo, había masticado. Oh, el placer, el placer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un dulce comienzo para una nueva etapa. Mucha suerte! Ya nos blogearás más sobre tu nuevo hogar.

Anónimo dijo...

Es como cuando me encuentran en un bolsillo de un pantalón en desuso!