martes, diciembre 05, 2006

Dive now

Bueh. La cosa es que me llamaron del lugar de buceo y me dijeron que ya habían hecho las reservas, que yo firmé en el contrato que no se podía cancelar el viaje una vez reservado, que iba a incurrir en altos costos debido a esto y que si aprecio mi vida más me vale que me vaya antes del trabajo, tome dos clases en un solo día y me apreste a viajar este fin de semana. Me apresté nomás, leí lo que me quedaba del manual, hice los ejercicios y fui a la clase con el bueno de Héctor. Lo único que me deja perplejo de Héctor es que me dijo que nunca recibió un mail mio avisando que no podía ir debido a una migraña. Curioso, considerando que su mail conminándome a viajar iba en respuesta al mail que nunca recibió. No, no vale la pena. O como dijo Francesco, el italiano dueño del instituto de buceo (luego de cobrarme 25 dólares con una sonrisa tras haber faltado a una clase sin avisar con 24 horas de anticipación - si, claro, io tambene tengo migrania, ma, compréndame Alan): "e l'idiozincrazia del paí". Llovía, me había llamado un radiotaxi hace ya media hora y al preguntar cuánto iba a demorar simplemente le respondieron "ahorita llega, cinco minutitos". Me volví caminando. No, el paraguas lo había dejado en el trabajo.

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