miércoles, noviembre 08, 2006

Gringo viejo

El fin de semana estuve en Manuel Antonio. Playas, monos, cocodrilos, iguanas que corren sobre el agua, rastas, surf. Cuando llegué al hostel, empapado tras haberme bajado dos paradas más tarde de lo que debía ("Ah, sí, como ud me dijo, yo avisé cuando pasamos por su pensión" - señor colectivero, la idea es que cuando ud avise yo le escuche), me encontré con un cálido ambiente familiar. Se me acerca un gringo y en su mejor y más refinado inglés me pregunta qué andaba buscando. Pobre tipo: estuvo amable. Pero me irrita sobremanera que un yanki me hable directamente en inglés estando en un pais de habla hispana.
El domingo estuvo muy lindo hasta que me agarró esa especie de silbido que presagia un dolor de cabeza. Siguió silbando y silbando y llegó un momento, mientras cruzaba en botecito el riacho que se forma entre la reserva y el pueblo cuando sube la marea, en el que rogué que salte el cocodrilo Pedro y me arranque las sienes de una vez y para siempre. La cosa es que me había olvidado el Tetralgin en San José. Y me estaba acordando básicamente de Freud y su progenitora cuando llegué, vomito contenido, hasta la farmacia de Manuel Antonio. Yanki delante mío. A los gritos pelados. O sea, charlando con otra yanki. Sobre si compraba o no una pastilla para dormir esta noche. Y a mi qué. Y mucho menos en inglés. Y menos que menos, cuando se dio vuelta y con gran nasalidad me dijo en inglés si quería pasar. "Permiso" le dije. Quise ser más hiriente. Se hace lo que se puede.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Será la cercanía con Venuezuela y su influencia de telenovelas y cantantes melódicos? Cómo puede ser que hasta las playas tengan "doble nombre"?
Marco Antonio, Carlos Alberto... qué más? Contanos si existe la montaña José Arnaldo!