domingo, noviembre 12, 2006

King Size

Ayer saqué dólares del cajero. 60. Por alguna razón usé unos cuantos para pagar el impuesto de salida de Costa Rica y mi almuerzo. Me acabo de dar cuenta que la idea original de ese verde dinero era pagar el taxi/remis/chata que me va a llevar de Ezeiza a mi cama. Recordemos que estoy llegando a las 3 de la mañana (lo que excluye la posibilidad de tomar el 86).
Me quedan 17 o 18 dólares. Me angustio. Hago cuentas. En Ezeiza son siempre medio chorros. La inflación, si no galopa, al menos camina apurada. Siempre tendremos Tienda León. Claro que me va a dejar en Plaza San Martín. De última de ahí me tomo un taxi. Me angustio. Evidentemente, al menos en parte, lo hago por deporte. Tengo tarjeta de crédito y el equivalente tico de la Banelco. Visualizo la heroica imagen de Alan durmiendo entre bancos, esperando que se haga de día para tomarme el 86. Claramente no lo tomo de noche por mi cobardía, lo que me permite descartar la alternativa por falta de heroismo. Chan, chan, ¿qué pasará? Seguro que algo terrible y el remordimiento me va a morder hasta el fin de los días por haber gastado 3 dólares en ese Snickers King Size que me comí de postre.

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