viernes, enero 25, 2008
Puenteando
Estoy sobre un puente. Acostado. La vida es linda, así que nada de intenciones voladoras. Me pega en medio del ojo derecho un templado sol de invierno boreal. De fondo, mirando para el sector bucólico de la cuestión, hay de agujas de iglesias de pueblo, neblina, pinos y azules que quieren dejar de ser celestes. No sé explicarlo. Estoy sobre el puente. Es decir, las vigas. La gente pasa caminando o en bici. No sé si se entiende. No sé si entiendo. Es un puente. No es una pared.
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