viernes, agosto 07, 2009

Calipso


De lo concreto se abstrae. Claro. Pero lo concreto, lo real, lo actual, la parte, el objeto, el aroma, la brisa, el susurro, la remera tirada y el vaso sucio siguen ahí mientras la abstracción y el plan toman forma en el éter. Rechazo el nimio hoy y fugo hacia la búsqueda del patrón. Elevo, porque en la superficie huele feo. Huele a sudor y cotidianidad
Una vez, creo que en tercer grado, levanté la mano y respondí una pregunta. O tal vez era quinto. Creo que era algo de historia. La cosa es que Martín Efron se levantó y, ofuscado, dijo que yo siempre buscaba una forma difícil de decir las cosas. Me le enojé y negué rotundamente. Y por adentro un nene todavía más chiquito se reía, un poquito de vergüenza y otro tanto de puro sabiondo, petulante y picarón.


Ya nadie remolca mi frágil barca, que no es ni esquife ni galeón. Y ahora me emborracho de tan sólo timonear. Me emborracho para no recordar. Recordar que hoy es hoy y debo comer. Y que para comer debo pescar. Y que para pescar debo sudar y perseverar y ver almuerzos que nunca almorzaré pasar. Y descamar y oler y fritar. Y prefiero soñar. Planear. Por los cielos. Desde los cielos.


Concretizar es morir un poco. Es sucumbir a las demoníacas asperezas de este asfalto que no deja de frenar. Y sin embargo plasmo, pero sólo con la fineza y el horror del asesino que se sabe hiel. Generalizo porque duele la heterogeneidad. Porque si vale para uno, vale para N. Porque si no debo detenerme a escuchar, repensar, frenar. Y no hay tiempo que perder. Porque el camino hacia la fama es largo y empinado. Y tengo una ganas de echarme a dormir...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

C'est beau. Merci

Anónimo dijo...

Che, pero que manera dificil de decir las cosas!